بسم الله الرحمن الرحيم
❖ ʾIbnuʾl-Qayyim (raḥimahuʾllāh) dijo:
«En el musnad[1] tenemos que él (ṣallAllāhu ʿalayhi wa sallam) dijo:
مَا مِنْ أَحَدٍ تُصِيبُهُ مُصِيبَةٌ فَيَقُولُ: إِنَّا لِلَّهِ وَإِنَّا إِلَيْهِ رَاجِعُونَ اللَّهُمَّ أْجُرْنِي فِي مُصِيبَتِي وَأَخْلِفْ لِي خَيْرًا مِنْهَا إِلاَّ أَجَرَهُ اللَّهُ فِي مُصِيبَتِهِ وَأَخْلَفَ لَهُ خَيْرًا مِنْهَا
‹No hay nadie que esté afligido con una aflicción y luego dice: ‘Ciertamente pertenecemos a Allāh, y ciertamente a Él volveremos. Oh Allāh, recompénsame en mi aflicción y concédeme lo que es mejor que eso’, excepto que Allāh lo recompensará en su aflicción y lo recompensará con lo que es mejor que eso›.
Esta declaración es la cura de más largo alcance para la persona afectada, así como la más beneficiosa para él en su vida mundana temporal y en su vida futura. En efecto comprende dos grandes fundamentos, si el siervo los entiende con comprensión [correcta] entonces será consolado de su aflicción:
El primero de ellos es que el siervo, su familia y su riqueza son posesiones de Allāh, el Más Alto y Majestuoso. Allāh los había colocado con el sirviente como algo prestado. Entonces si se lo quita es como si el prestamista le quitara la posesión al prestatario.
El segundo es que el destino final del siervo y su regreso es a Allāh, su Señor verdadero, y es imprescindible que deje atrás la dunyā [la vida de este mundo] y que venga solo a su Señor tal como lo creó la primera vez, sin familia, ni riqueza, ni parientes, pero con buenas y malas obras.
Entonces si este es el comienzo del siervo, aquello que le fue confiado y su final, ¿entonces cómo puede deleitarse con uno que existe, o entristecerse por uno que no existe? Así, contemplar sobre su comienzo y la vida que sigue es el mejor remedio para esta enfermedad»[2].
Punto de beneficio: Šaiḫ Muḥammad bin Ṣāliḥ al-ʿUṯaymīn (raḥimahuʾllāh) dijo:
«El deber de la persona en el momento de las aflicciones es tener paciencia y tener esperanza de la recompensa para que no se le restrinja la recompensa, ya que es la persona afectada que en realidad puede prohibir la recompensa [con su actitud]. Entonces, si te ocurre una calamidad di:
‹Ciertamente, pertenecemos a Allāh, y ciertamente a Él volveremos. Oh Allāh, recompénsame en mi aflicción, y concédeme lo que es mejor que eso›,
Si dices eso, Allāh te recompensará en tu aflicción y te recompensará con lo que es mejor que eso. Este es un asunto declarado por el Profeta (‘alayhiʾṣ-ṣalātu waʾs-salām), y su realidad ha dado fe de esto. Tal como Umm Salamah (raḍiya’llāhu ʿanhā) estaba conforme con ʾAbū Salamah, y ella solía amarlo con un gran amor, entonces ʾAbū Salamah (raḍiyaʾllāhu ʿanhu) murió, y ella dijo: ‹Oh Allāh; recompénsame en mi aflicción y recompénsame con lo que es mejor que eso›.
Sin embargo, ella solía decirse a sí misma: ¿Quién es mejor que ʾAbū Salamah? Entonces, cuando su ʿiddah [período de espera] expiró, el Profeta (ṣallAllāhu ʿalayhi wa sallam) se casó con ella, por lo que el Mensajero de Allāh (ṣallAllāhu ʿalayhi wa sallam) fue mejor para ella que ʾAbū Salamah. Esto es algo sobre lo que los acontecimientos a menudo también dan testimonio ya que si la persona es paciente y espera entonces Allāh, Glorificado y Altísimo, les dará a los pacientes recompensa en su totalidad sin rendir cuentas, mientras que la impaciencia y la tristeza y el lamento no repelen la calamidad»[3].
Después de mencionar este incidente y esta súplica, ʾIbnuʾl-Qayyim (raḥimahuʾllāh) declaró:
«Mira el resultado de la paciencia y al-ʾistirğāʿ [el dicho: ‹Ciertamente, pertenecemos a Allāh, y de hecho a Él volveremos›][4], y de seguir al Mensajero y de estar complacido con Allāh, a lo que eventualmente conduciría—a Umm Salamah se le otorgó el matrimonio con el más noble de la creación de Allāh»[5].
📖 Referencias:
[1] Por ʾAḥmad en su Musnad nro. 26635, también recopilado por Muslim nro. 2123 con ligeras variaciones entre ellos.
[2] Abreviado de Zāduʾl-Māʿd vol 4 pág.189.
[3] Mağmūʿ al-fatāwā vol. 17 pág.416-417.
[4] Šaiḫ Zayd bin Hādī ʾal-Madḫalī (raḥimahuʾllāh) dijo: «En al-ʾistirğāʿ: [el dicho: ‹Ciertamente, pertenecemos a Allāh, y de hecho a Él volveremos›], es un reconocimiento y una sumisión por parte del siervo a su Creador y Originador en el sentido que Él tiene libre derecho de disponer sobre lo que Él quiera, cuando lo desee, cómo desee, desde vivir y morir, hasta la salud, la enfermedad, la pobreza, la riqueza, la felicidad y la tristeza, de acuerdo con Su sabiduría y Su pre-decreto, el Glorificado. Del mismo modo que su destino final es con Él, de tal manera que Él le dará plena recompensa a cada hacedor de acuerdo a lo que hizo, y su Señor no oprime a nadie en absoluto» [Al-Afnān an-nadiyyah vol. 2 pág. 255].
[5] ʿUddatuʾl-ṣābirīn, pág. 141.
🖋 Traducción al español y edición por Islam Puro.
📅 Publicado en Islam Puro: 22 Ṣafar 1442 / 9 octubre 2020.
📂 ID iptt0420